lunes, 22 de julio de 2019

Seyens: Stern| Capítulo 13 (Última edición: 07 del 08 del 2019)

13

Sí, algo es algo. Pero a veces ese algo significa más de lo que parece y en este caso ese algo provocaba una situación problemática. Por más que quisiera ayudar a Chase, él era un licántropo y Anne dudaba de que estuviera bien colaborar con él incluso para proteger a Esteban. Además, seguía sin entender por qué él le era tan... Familiar.

Eran esos mismos pensamientos los que la distraían en el entrenamiento de Jaymie aquella tarde:

Jaymie y Anne se encontraban en un jardín de flores azules, en medio de un paisaje de cielo rosado que cambiaba a azul con algunas nubes y a rosa sin mantenerse en ningún color más de unos segundos.

Jaymie suspiró y negó con la cabeza antes de decir:

—Así no, no te estás concentrando, Anne.

—Lo siento Jaymie —se disculpó Anne. Y entonces el cielo volvió al azul y las flores desaparecieron, y el paisaje original del jardín de Jaymie se reveló, anulando así el otro que era una ilusión.

  —Estás muy distraída, Anne y un seyen nunca debe distraerse. La distracción impide la concentración y es nuestro peor enemigo. En una batalla una distracción puede serte fatal —recomendó Jaymie.

—Lo sé y lo siento  —siguió disculpándose Anne.

—¿En qué piensas Anne? ¿Que es lo que ocupa tanto tu mente? —preguntó Jaymie.

—Bueno yo... —Anne se quedó pensativa ¿Debería contárselo? Jaymie no lo aprobaría, era seyen. Por otra parte si no lo contaba, Jaymie podría usar sus poderes y averiguarlo por su cuenta. Así que era mejor contarlo. Anne respiró hondo y le confesó a Jaymie todo el asunto de Chase y Esteban.

—Ya veo. ¿Y tú deseas ayudarlo? —dijo Jaymie, una vez enterada de todo.

—Sí —reconoció Anne.

—¿Por qué? —preguntó Jaymie.

—Quiero proteger a Esteban, él es humano y yo debo protegerlo —contestó Anne.

—Sobre eso no puedes estar segura. A Esteban podrían haberlo mordido —opinó Jaymie.

—Chase me dijo que nadie mordió a Esteban —argumentó Anne.

—¿Nadie?, ¿ni siquiera él mismo? —Preguntó Jaymie, entonces.

—¿Por qué iba Chase a hacerle daño a Esteban? —Preguntó entonces Anne. Chase y Esteban eran muy amigos, no había razón que los enfrentara, o eso parecía.

—Voluntariamente no, pero es probable que Chase se descontrolara y lo mordiera —le contestó Jaymie, con serenidad.

—Chase puede controlarse —aseguró Anne. No sabía por qué, pero confiaba en él.

—Sí, claro. Por eso antes estuvo a punto de atacar a Marina —ironizó Jaymie. Anne iba a abrir la boca, pero al rato se arrepintió. No se le ocurría nada convincente que decir.

—Escúchame Anne, no digo que no debas ayudarlo, sino que antes debes asegurarte de que lo que dice es cierto. Y si lo es cuando encuentres a Esteban debes apartarlo de Chase, cuanto antes, o el asunto podría acabar muy mal —aconsejó Jaymie y Anne asintió. A pesar de que había algo en el rostro del joven que le incitaba a confiar en él, Jaymie tenía razón. Chase era un licántropo y mantenerlo cerca de Esteban podría ser muy peligroso.

—Y deberás tener cuidado Anne, proteger a un humano ya es un mal asunto entre licántropos, pero cooperar con seyens se considera alta traición y si os descubren ninguno de los tres sobrevivirá —previno Jaymie.

—No te preocupes Jaymie, tendré cuidado —aseguró Anne.

—Bien, ahora que el problema está arreglado volvamos al entrenamiento —dijo Jaymie.

—De acuerdo ¿Qué quieres que te muestre ahora? —Preguntó entonces Anne. Ahora que lo de Chase estaba solucionado, ella estaba segura de poder concentrarse mejor y crear una ilusión duradera.

—Creo que dejaremos las ilusiones un poco, mejor practicamos otro poder —le contestó Jaymie, entonces, y entró en la casa.

—¿Cúal? —preguntó Anne, intrigada, mientras la seguía. Una vez adentradas en la casa ella y Jaymie se dirigieron a la cocina y esta cogió una silla.

—No sé, quizás... —comenzó Jaymie, dejando la frase sin terminar y lanzó la silla hacia Anne quién, sorprendida y un poco asustada, posicionó las manos hacia adelante con el fin de detenerla. De repente, antes de que la silla llegara a su destino, esta fue lanzada hacia atrás y chocó contra el muro más cercano.

—Este —terminó su frase Jaymie.

—¡Jaymie! —protestó Anne.

—Era necesario —Se justificó Jaymie, aunque se le escapó una risita baja.


Anne bufó, recordándolo. Necesario, sí, claro. Lo que ocurría era que Jaymie tenía un sentido del humor bastante raro.

De repente algo detuvo sus pensamientos e hizo que Anne volviera a la realidad de la noche en la que estaba. Era como una llamada, alguien estaba en peligro y sin embargo nadie estaba llamando a nadie. Además lo que sentía no era ningún ruido, era algo más, no sabría decir qué, pero todos sus sentidos estaban alerta. Sea quién sea él que estuviera en peligro tenía que salvarlo. Eso era lo único que importaba en este momento.

Mientras tanto, no muy lejos de allí una joven de pelo oscuro se hallaba sentada en la barra de una taberna. Allí aún había bastante gente por la noche a pesar de las muertes, muertes de las cuales ella podría atribuirse algunas.

De entre la gente de la taberna había un chico que captaba su atención, tenía el pelo castaño y ojos marrones y su alma. Su alma era tan joven e inocente... Era ideal para ella. El chico terminó de beber lo que había en un vaso y ella lo siguió, concentrada. Era consciente de que le habían encargado otro tipo de cacería, pero ya que estaba ¿ por qué no? 

Mientras esta se iba moviendo su cuerpo se tornaba oscuro y la figura se extendía y se difuminaba, adquiriendo el contorno de una sombra, solo visible al hallarse iluminada por luces. 

Y es que la chica era eso, una sombra...

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